Bitcoin es un tipo de criptoactivo que opera mediante tecnología blockchain. La blockchain o cadena de bloques, es una base de datos con gran capacidad de almacenamiento, que puede ser compartida por muchos usuarios en forma peer to peer (red de pares), permitiendo asimismo, almacenar información de forma ordenada e inalterable.
El Bitcoin es una moneda digital descentralizada que constituye una variante de sistema de pago y activo digital. En este caso, la información añadida a blockchain es pública y puede ser consultada en cualquier momento por cualquier usuario de la red.
En relación con su surgimiento, se sabe que entre las décadas de 1980 y 1990, científicos y criptográficos, trabajaron en la creación de monedas digitales encriptadas y con alto nivel de seguridad para su utilización en internet, como fue el caso de DigiCash. Aunque no tuvo mucho éxito, dio paso a futuras creaciones de dinero digital.
Bitcoin, fue presentado en el año 2008, por una persona o grupo de personas bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto, quien publicó un white paper que describía el protocolo y una versión funcional de esta moneda. Fue así que a principios de 2009, se minó el primer bloque, llamado génesis, y Bitcoin comenzó a funcionar.
Esta moneda digital nació con la finalidad de proporcionar a los ciudadanos un medio de pago que posibilite la ejecución de transferencias de valor entre pares de forma rápida, a bajo costo, y que no pueda ser controlado ni manipulado por gobiernos, bancos centrales o entidades financieras.
Para poder utilizar bitcoin, se debe poseer un monedero electrónico o Wallet. Todos los movimientos de divisas se registran de manera pública en la cadena de bloques de bitcoin. Nuestros bitcoins pueden ser custodiado por un Exchange o página de intercambio de criptomonedas, donde es posible comprar, almacenar y vender las criptomonedas disponibles o puede ser un monedero autoalojado y autocustodiado por el poseedor del criptoactivo donde el usurario posee sus claves privadas.
Relación con la tecnología blockchain
Las criptomonedas usan la tecnología blockchain como sistema de registro y validación de las transacciones. Cada una de las transacciones se agrupa en un bloque, que contiene un código hash, que lo identifica y lo enlaza con el bloque anterior, formando una cadena inalterable. Un código hash es una sucesión alfanumérica de longitud fija, que identifica o representa a un conjunto de datos determinados.
Como explicó Juan Raúl Vergara M., en un artículo publicado en su cuenta de Linkedin: “los bloques se generan mediante un proceso llamado minería, que consiste en resolver un problema matemático complejo que requiere una gran potencia computacional. El primer minero que resuelve el problema recibe una recompensa en forma de criptomonedas. Los bloques se difunden a todos los nodos de la red, que los validan mediante un mecanismo de consenso, como la prueba de trabajo (proof-of-work) o la prueba de participación (proof-of-stake). De esta forma, se garantiza la seguridad, integridad y transparencia de las transacciones.”
Ventajas de Bitcoin
Las transacciones de bitcoin son más económicas que los servicios tradicionales de remesas, como por ejemplo a través de Western Union o MoneyGram. También, las transacciones con esta moneda digital son más rápidas y poseen mayor accesibilidad al eliminar los intermediarios. Pueden hacerse por cualquier persona que tenga un teléfono inteligente y una conexión a internet, independientemente de su ubicación, identidad o situación financiera. Tampoco requieren cuentas bancarias o documentos de identidad.
Las operaciones de bitcoin son muy privadas, los monederos de Bitcoin, no están asociados a una identidad del usuario, ni revelan datos personales, sólo muestran las direcciones públicas de las billeteras involucradas en la transacción, que son cadenas aleatorias de números y letras. Aunque es posible rastrear flujos de bitcoins entre usuarios, es muy difícil averiguar quiénes son, salvo que hayan facilitado sus datos a un Exchange o plataforma de intercambio.
Por lo tanto, es un sistema que se destaca por su seguridad, ya que están protegidas por criptografía y verificadas por una red de nodos que siguen un conjunto de reglas que se llama protocolo, no siendo posible revertirlas, manipularlas ni alterarlas.
El white paper determina que únicamente llegarán a existir 21 millones de Bitcoins. Esta situación de escasez, de alguna forma sostiene el valor de la criptomoneda a largo plazo y evita la erosión de la inflación, a diferencia de lo que sucede con otras criptomonedas y las divisas tradicionales.
Retos en el uso de Bitcoin
No obstante su permanencia en el tiempo, Bitcoin, es susceptible de oscilaciones en su precio, habiendo registrado bajas y aumentos de más del cincuenta por ciento, sujetas a anuncios de carácter político económico, por parte de organismos internacionales como el FMI.
La característica descentralizada de Bitcoin, hace que ante cualquier problema entre usuarios, no sea posible la intervención de un tercero. No obstante los mineros tienen el deber de registrar las transacciones, no pueden analizar su legitimidad. Es así que los usuarios víctimas de fraude, carecen de posibilidad de devoluciones o reembolso a través de Bitcoin.
La utilización de Bitcoin en el mercado negro, como la dark web, podría perjudicar la reputación y utilidad de esta moneda digital. En ese contexto, la falta de datos personales de los usuarios brinda una ventaja a quienes lo utilizan de forma ilegítima, porque es casi nula la posibilidad que tienen las autoridades de individualizarlos.
Otro factor negativo es, que el minado de Bitcoins conlleva el uso grandes cantidades de energía eléctrica. Las mayores empresas de minado se encuentran en China, y esta actividad provoca grados altos de contaminación, alcanzando perjudicar espacios al aire libre de uso común para los ciudadanos.